INSEMINACIÓN ARTIFICIAL
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INSEMINACIÓN ARTIFICIAL
Se denomina inseminación artificial a toda técnica de reproducción que exige la asistencia del hombre. De esta manera, la simple extracción del semen del macho y su inmediata introducción en las vías genitales de la hembra ("monta asistida") constituye una técnica de inseminación artificial denominada "inseminación con semen fresco".
Inseminación con semen fresco
Inseminación con semen refrigerado
Inseminación con semen congelado
Inseminación con semen fresco Indicaciones
Esta técnica se utiliza cuando el criador dispone de una pareja de reproductores que, por diversas razones, no logra acoplarse:
■Incompatibilidad de caracteres (a menudo muy agresivas con los machos de su raza, pero, sorprendentemente, más tolerantes con los de otras razas).
■Inexperiencia de uno o de ambos reproductores.
■Estrechez de las vías genitales de la perra (atresia vulvar, malformaciones vulvares o vaginales, prolapso vaginal debido a la impregnación estrogénica durante el celo, etc.).
■Dolores en uno de los miembros de la pareja durante la cópula (en las vértebras, los miembros posteriores, el hueso peneano, la vagina, etc.).
Técnica
Después de comprobar que la hembra se encuentra en período receptivo, el veterinario procede a recoger el semen del macho en presencia de una hembra en celo (que puede ser otra hembra, distinta de la que va a ser inseminada). Esta operación se realiza de la siguiente manera:
■ Exteriorización del glande fuera del prepucio. También deben ser exteriorizados los bulbos eréctiles antes de iniciar las maniobras de recogida del semen para evitar que el aumento de su volumen impida la exteriorización total.
■Masaje de los bulbos eréctiles hasta obtener movimientos espontáneos de la pelvis.
■Sonda rígida para inseminación uterina.
■Elevación del tren posterior de la perra durante 10 minutos mientras se realiza la inseminación
Después, constricción por detrás de los bulbos para mantener la erección durante las dos primeras o las tres fases de la eyaculación, y, si es necesario, masaje del perineo. Por regla general, no es indispensable recoger la fracción prostática en su totalidad, salvo en las grandes razas, en las cuales se requiere cierto volumen debido a la gran longitud de las vías genitales de la hembra.
Una vez obtenido, el semen se analiza al microscopio, sobre platina caliente, con el fin de comprobar el número, el aspecto y la movilidad de los espermatozoides. Cuando su calidad resulta satisfactoria, se introduce en la vagina de la hembra, mediante una sonda (sonda vaginal) o el útero (sonda uterina).
Después de la inseminación es necesario mantener a la hembra con las extremidades posteriores levantadas durante unos diez minutos, a fin de facilitar el ascenso de los espermatozoides y evitar el reflujo. Por la misma razón, es conveniente evitar que la perra orine durante los minutos siguientes a la inseminación.
Cabe señalar que todas estas etapas deben llevarse a cabo con gran precaución, para evitar que los espermatozoides sean sometidos a algún choque térmico, mecánico o químico.
Muchas sustancias resultan espermicidas, como por ejemplo las liberadas de la pieza intermedia de una jeringa.
Resultados
Si se toman estas precauciones, la técnica de inseminación con semen fresco debe producir tan buenos resultados como la monta natural (alrededor de un 80% de gestación).
Inseminación con semen refrigerado
Indicaciones
Esta técnica se utiliza cuando los dos reproductores se encuentran separados por distancias considerables, con objeto de reducir los gastos que dicho alejamiento ocasiona al propietario de la hembra (los gastos de estancia y el desplazamiento hacia el lugar donde está el macho).
Técnica
Un veterinario autorizado recoge el semen del macho y lo analiza. A continuación, se enfría a 4°C la fracción fecundante diluida en un medio protector y nutritivo, y se envía en un recipiente térmico al veterinario destinatario, que practicará la inseminación tras controlar el estado de conservación del esperma y la disponibilidad de la hembra.
Todas estas operaciones deben realizarse en un periodo de tiempo de 48 h a partir de la extracción, lo cual requiere una perfecta sincronización entre quienes las realizan (disponibilidad del semental, material y formación específica de los veterinarios, seguimiento estricto del estro de la reproductora, rapidez del envío). Esta técnica sólo es aplicable cuando los reproductores se encuentran separados por una distancia media (por ejemplo, ambos se ubican en Europa).
Después de enfriar el semen a 4 ºC se diluye en un conservante a base de yema de huevo y se envía urgentemente para inseminar dentro de un recipiente térmico revestido de algodón húmedo.
Resultados
Aunque las sucesivas manipulaciones pueden disminuir la vitalidad de los espermatozoides, mediante esta técnica se obtienen resultados similares a los que se observan con apareamientos naturales.
Inseminación con semen congelado
Técnica
Se recoge el semen de manera idéntica a la descrita en el método anterior y se analiza su calidad y el número de espermatozoides, para evitar congelar esperma que contenga menos de 150 millones de espermatozoides móviles o más de un 30% de formas anormales. A continuación se diluye el semen con un crioprotector y se acondiciona en pajuelas identificadas, que pueden conservarse durante tiempo ilimitado en un banco de semen, en nitrógeno líquido (-196°C). Por ejemplo, el Centro de Estudios para la Reproducción Asistida (CERCA) de la escuela de veterinaria de Maisons-Alfort (París, Francia) conserva pajuelas congeladas desde hace más de 18 años.
El semen congelado no puede utilizarse sin el consentimiento del propietario del reproductor. Éste puede acordar con el propietario de la perra un precio de venta, que depende de la oferta y la demanda. El papel del banco de semen es, en estas transacciones, el de un prestatario de servicios. Las inseminaciones con estas muestras de semen, pueden ser practicadas por cualquier veterinario con la formación necesaria para aplicar esta técnica. El esperma se envía congelado en recipientes especiales y la inseminación se realiza en el momento oportuno, después de descongelarlo.
Indicaciones
Es conveniente congelar el semen de un reproductor durante su período de máxima vitalidad, sin esperar para presentar la solicitud, a la aparición de signos de vejez, de enfermedad o una castración terapéutica.
Este método presenta numerosas indicaciones zootécnicas:
■Permite los intercambios genéticos entre países separados por una barrera sanitaria o por distancias considerables. Por ejemplo, es imposible enviar a una perra para aparearla con un semental que viva en Inglaterra sin someterla a una cuarentena (Pet Travel Scheme), pero se puede solicitar el envío de pajuelas de semen congelado de ese mismo reproductor.
■Permite conservar el patrimonio genético de un buen reproductor durante un tiempo ilimitado y utilizar su semen, aun en el caso de indisponibilidad o de muerte.
■ Permite "volver atrás" cuando las técnicas de selección adoptadas por un club de raza han conducido a una depresión endogámica. Por ejemplo, los hipertipos de Bulldog (con la cara demasiado achatada) que se obtienen con frecuencia actualmente, podrían beneficiarse con aportes de semen de los reproductores menos braquicéfalos de antaño, que permitirían evitar las frecuentes distocias.
■Permite salvar ciertas razas en vías de desaparición y realizar recombinaciones en razas poco difundidas.
Resultados
Una recogida de semen permite, por lo general, inseminar a una sola perra, y a veces ni siquiera alcanza para repetir la inseminación. Estos resultados no pueden compararse con los rendimientos de los bovinos (un eyaculado de toro, más voluminoso y diez veces más concentrado, puede servir para inseminar varios cientos de vacas).
A pesar de los numerosos controles anteriores y posteriores a la congelación, y las precauciones tomadas para evitar que los espermatozoides sufran choques térmicos (utilizando crioprotectores para impedir que las células estallen, descongelación en un baño termostatizado, etc.), la inseminación con semen congelado sólo resulta exitosa en el 50% de los casos, mientras que la prolificidad acusa también una disminución de alrededor del 15 al 20%, en comparación con la monta natural.
La inseminación intrauterina por vía transcervical, realizada con una sonda rígida, parece mejorar considerablemente estos resultados, al depositar los espermatozoides directamente en la cavidad uterina. Se trata de un avance que resulta muy prometedor.
Inseminación con semen fresco
Inseminación con semen refrigerado
Inseminación con semen congelado
Inseminación con semen fresco Indicaciones
Esta técnica se utiliza cuando el criador dispone de una pareja de reproductores que, por diversas razones, no logra acoplarse:
■Incompatibilidad de caracteres (a menudo muy agresivas con los machos de su raza, pero, sorprendentemente, más tolerantes con los de otras razas).
■Inexperiencia de uno o de ambos reproductores.
■Estrechez de las vías genitales de la perra (atresia vulvar, malformaciones vulvares o vaginales, prolapso vaginal debido a la impregnación estrogénica durante el celo, etc.).
■Dolores en uno de los miembros de la pareja durante la cópula (en las vértebras, los miembros posteriores, el hueso peneano, la vagina, etc.).
Técnica
Después de comprobar que la hembra se encuentra en período receptivo, el veterinario procede a recoger el semen del macho en presencia de una hembra en celo (que puede ser otra hembra, distinta de la que va a ser inseminada). Esta operación se realiza de la siguiente manera:
■ Exteriorización del glande fuera del prepucio. También deben ser exteriorizados los bulbos eréctiles antes de iniciar las maniobras de recogida del semen para evitar que el aumento de su volumen impida la exteriorización total.
■Masaje de los bulbos eréctiles hasta obtener movimientos espontáneos de la pelvis.
■Sonda rígida para inseminación uterina.
■Elevación del tren posterior de la perra durante 10 minutos mientras se realiza la inseminación
Después, constricción por detrás de los bulbos para mantener la erección durante las dos primeras o las tres fases de la eyaculación, y, si es necesario, masaje del perineo. Por regla general, no es indispensable recoger la fracción prostática en su totalidad, salvo en las grandes razas, en las cuales se requiere cierto volumen debido a la gran longitud de las vías genitales de la hembra.
Una vez obtenido, el semen se analiza al microscopio, sobre platina caliente, con el fin de comprobar el número, el aspecto y la movilidad de los espermatozoides. Cuando su calidad resulta satisfactoria, se introduce en la vagina de la hembra, mediante una sonda (sonda vaginal) o el útero (sonda uterina).
Después de la inseminación es necesario mantener a la hembra con las extremidades posteriores levantadas durante unos diez minutos, a fin de facilitar el ascenso de los espermatozoides y evitar el reflujo. Por la misma razón, es conveniente evitar que la perra orine durante los minutos siguientes a la inseminación.
Cabe señalar que todas estas etapas deben llevarse a cabo con gran precaución, para evitar que los espermatozoides sean sometidos a algún choque térmico, mecánico o químico.
Muchas sustancias resultan espermicidas, como por ejemplo las liberadas de la pieza intermedia de una jeringa.
Resultados
Si se toman estas precauciones, la técnica de inseminación con semen fresco debe producir tan buenos resultados como la monta natural (alrededor de un 80% de gestación).
Inseminación con semen refrigerado
Indicaciones
Esta técnica se utiliza cuando los dos reproductores se encuentran separados por distancias considerables, con objeto de reducir los gastos que dicho alejamiento ocasiona al propietario de la hembra (los gastos de estancia y el desplazamiento hacia el lugar donde está el macho).
Técnica
Un veterinario autorizado recoge el semen del macho y lo analiza. A continuación, se enfría a 4°C la fracción fecundante diluida en un medio protector y nutritivo, y se envía en un recipiente térmico al veterinario destinatario, que practicará la inseminación tras controlar el estado de conservación del esperma y la disponibilidad de la hembra.
Todas estas operaciones deben realizarse en un periodo de tiempo de 48 h a partir de la extracción, lo cual requiere una perfecta sincronización entre quienes las realizan (disponibilidad del semental, material y formación específica de los veterinarios, seguimiento estricto del estro de la reproductora, rapidez del envío). Esta técnica sólo es aplicable cuando los reproductores se encuentran separados por una distancia media (por ejemplo, ambos se ubican en Europa).
Después de enfriar el semen a 4 ºC se diluye en un conservante a base de yema de huevo y se envía urgentemente para inseminar dentro de un recipiente térmico revestido de algodón húmedo.
Resultados
Aunque las sucesivas manipulaciones pueden disminuir la vitalidad de los espermatozoides, mediante esta técnica se obtienen resultados similares a los que se observan con apareamientos naturales.
Inseminación con semen congelado
Técnica
Se recoge el semen de manera idéntica a la descrita en el método anterior y se analiza su calidad y el número de espermatozoides, para evitar congelar esperma que contenga menos de 150 millones de espermatozoides móviles o más de un 30% de formas anormales. A continuación se diluye el semen con un crioprotector y se acondiciona en pajuelas identificadas, que pueden conservarse durante tiempo ilimitado en un banco de semen, en nitrógeno líquido (-196°C). Por ejemplo, el Centro de Estudios para la Reproducción Asistida (CERCA) de la escuela de veterinaria de Maisons-Alfort (París, Francia) conserva pajuelas congeladas desde hace más de 18 años.
El semen congelado no puede utilizarse sin el consentimiento del propietario del reproductor. Éste puede acordar con el propietario de la perra un precio de venta, que depende de la oferta y la demanda. El papel del banco de semen es, en estas transacciones, el de un prestatario de servicios. Las inseminaciones con estas muestras de semen, pueden ser practicadas por cualquier veterinario con la formación necesaria para aplicar esta técnica. El esperma se envía congelado en recipientes especiales y la inseminación se realiza en el momento oportuno, después de descongelarlo.
Indicaciones
Es conveniente congelar el semen de un reproductor durante su período de máxima vitalidad, sin esperar para presentar la solicitud, a la aparición de signos de vejez, de enfermedad o una castración terapéutica.
Este método presenta numerosas indicaciones zootécnicas:
■Permite los intercambios genéticos entre países separados por una barrera sanitaria o por distancias considerables. Por ejemplo, es imposible enviar a una perra para aparearla con un semental que viva en Inglaterra sin someterla a una cuarentena (Pet Travel Scheme), pero se puede solicitar el envío de pajuelas de semen congelado de ese mismo reproductor.
■Permite conservar el patrimonio genético de un buen reproductor durante un tiempo ilimitado y utilizar su semen, aun en el caso de indisponibilidad o de muerte.
■ Permite "volver atrás" cuando las técnicas de selección adoptadas por un club de raza han conducido a una depresión endogámica. Por ejemplo, los hipertipos de Bulldog (con la cara demasiado achatada) que se obtienen con frecuencia actualmente, podrían beneficiarse con aportes de semen de los reproductores menos braquicéfalos de antaño, que permitirían evitar las frecuentes distocias.
■Permite salvar ciertas razas en vías de desaparición y realizar recombinaciones en razas poco difundidas.
Resultados
Una recogida de semen permite, por lo general, inseminar a una sola perra, y a veces ni siquiera alcanza para repetir la inseminación. Estos resultados no pueden compararse con los rendimientos de los bovinos (un eyaculado de toro, más voluminoso y diez veces más concentrado, puede servir para inseminar varios cientos de vacas).
A pesar de los numerosos controles anteriores y posteriores a la congelación, y las precauciones tomadas para evitar que los espermatozoides sufran choques térmicos (utilizando crioprotectores para impedir que las células estallen, descongelación en un baño termostatizado, etc.), la inseminación con semen congelado sólo resulta exitosa en el 50% de los casos, mientras que la prolificidad acusa también una disminución de alrededor del 15 al 20%, en comparación con la monta natural.
La inseminación intrauterina por vía transcervical, realizada con una sonda rígida, parece mejorar considerablemente estos resultados, al depositar los espermatozoides directamente en la cavidad uterina. Se trata de un avance que resulta muy prometedor.
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